domingo, 18 de noviembre de 2007

SE FUE UN GENIO

Hace casi un mes, una noticia golpeó a miles de personas que como madrugada de fin de semana se disponía a escuchar "La Rosa de los Vientos"(LRV), un programa de radio que transcendía después de su emisión, y que no fue casualidad fuese un programa de culto.
Su presentador, el gran maestre, Juan Antonio Cebrián,tenía esa audiencia porque se lo merecía ,porque detrás de lo que pudiera parecer, el trabajo estaba bien hecho, y eso se notaba. La aventura de escucharle a esas horas intempestivas, era placentero, ya que además de aprender de distintos temas (ciencia,historia,tecnología,etc) Y divertía.
Si queridos amigos, el 20-10-2007 fallecía esta entrañable persona que aunque la mayoría de la gente no conocimos físicamente, ya formaba parte de nuestra familia a través de la maravilla de la radio,siempre fiel y compañera. La sacudida fue brutal y todos sus pupilos nos quedamos huérfanos de algo más que de una voz, de un gran amigo, que parecía siempre darnos lo que esperábamos en cada momento, y donde por mucho que la tremenda realidad nos mostrará su lado más oscuro, ahí estaba él, que con su luz nos iluminaba .

Por eso desde aqui quisiera darle mi más sentido homenaje al que como yo mucha gente consideraba uno de los suyos, y que gracias a todos los archivos de personas que le han estado recopilando a lo largo de los años hoy podemos escuchar y comprender pasajes de la historia necesarios para entender la actualidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este comentario lo he extraído de la página de Jesús Callejo,una de las 4Cs.Lo corroboro


FUNERAL DE CEBRIAN (29 de noviembre de 2007)





Nadie muere del todo mientras haya alguien que recuerde su vida y pronuncie su nombre con respeto. En esta iglesia somos cientos los que hoy, en la víspera de su cumpleaños, le recordamos y tan solo somos una pequeña parte de las miles de personas que nunca van a olvidar que por la Tierra un día pasó fugazmente un ser de luz llamado Juan Antonio Cebrián.





Y ahora te hablo a ti, Juan Antonio, porque sé que me estás escuchando. Sabías que a los 41 años se puede vivir una vida entera si se sabe vivir con plenitud. En nuestros recorridos por España, en nuestras presentaciones de libros, en congresos o en tu misma casa me has hablado de grandes aventuras y de personajes que dejaron su huella en la historia. Si ellos me han importado es porque tú los hacías importantes, engrandecías a los personajes históricos que retratabas y hacías mejores a las personas que te rodeaban.





Pero ningún pasaje de la historia podrá igualar jamás tu propia trayectoria vital. Muy pocos han hecho tanto a tan temprana edad, muy pocos han ilusionado, fascinado, divertido y espoleado la curiosidad como tú lo hacías cada noche con esa familia rosaventera que en su día creaste y que ahora añora tu ausencia y que ahora alimenta la llama de tu recuerdo.





Uno de tus personajes más queridos, Badem Powell, el fundador del movimiento scout, dijo en cierta ocasión que había que intentar dejar este mundo un poco mejor de cómo lo habíamos encontrado porque cuando nos llegue la hora de morir, podremos entonces morir felices sintiendo que de ningún modo habremos perdido nuestro tiempo. Y a fe, querido Juan Antonio, que tú no has perdido el tiempo y has seguido al pie de la letra tan sabio consejo dejándonos un mundo un poco más tolerante y un poco más hermoso.