GRACIAS CEBRIÁN

Durante toda esta temporada la ausencia del gran druida, Juan Antonio, ha sido el caballo de batalla. Cada fin de semana el encender la radio y notar ese vacío era harto duro y no muy llevadero. Sin embargo, como él decía, sus discípulos aventajados y ese gran equipo que forma la Rosa de los Vientos, hicieron que él estuviera ahí, gracias a las grabaciones que dejó y que nos seguirán acompañando cada vez que necesitemos de su voz, serena y amiga.
Desde aquí mi gratitud infinita y recuerdo perpetuo

Sólo desear que este grandísimo programa que fue su ilusión y su vida continúe la temporada que viene y las siguientes.

Por siempre LRV.